jueves, 25 de septiembre de 2014

El bucle de los Almenos

La primera parte es la más fácil. Seguro que ya lo has hecho. Acércate a un trabajador esclavizado por un trabajo de mierda y dile:
- Al menos tienes trabajo.

Luego viene la parte difícil. Ahora busca un parado. No, eso no es lo complicado. Al menos no en este país... Pero, una vez localizado, tienes que armarte de valor para decirle lo siguiente:
- Al menos no estás muerto.
Quizá te mande a la mierda, pero debes insistir. Dile que los muertos están bajo tierra y él (o ella) caminará bajo el sol (aunque tengas que plagiar a Rimbaud). Al final acabará reconociendo que es mejor estar vivo.

El resto ya viene rodado. Sólo tienes que acercarte a un cementerio y decir a cualquier tumba:
- ¡Al menos no estás esclavizado en un trabajo de mierda!
Si has tomado la precaución de elegir una tumba que en ese momento no esté siendo visitada por ningún familiar, no tendrás ningún problema. Los muertos son dóciles y resignados. Son silenciosos. Y, ya se sabe, el que calla otorga.

En ese momento, habrás completado el bucle de los Almenos. Puedes volver a tu casa y seguir viviendo tu vida, y podrás resignarte a no ser feliz gracias a la seguridad que acabas de adquirir de no ser infeliz.