jueves, 23 de abril de 2015

#ReLlenaLasCajas de la #ResistenciaMovistar

Los trabajadores y trabajadoras de las subcontratas de Movistar están dando un ejemplo y demostrando a todo el mundo que si nos unimos se puede luchar a pesar de la precariedad y a pesar de la atomización de la clase obrera que quieren vendernos quienes tienen intereses en que estemos desunidos. Contratas, subcontratas, falsos autónomos, todos juntos en una misma lucha pueden poner contra las cuerdas a un gigante que se cree todopoderoso. ¡Hasta los trabajadores de plantilla de Movistar se han solidarizado, negándose a realizar tareas que suelen hacer sus compañeros subcontratados y denunciando el intento de interferencia con la huelga! Todo esto abre un mundo de posibilidades y destierra, por fin, la resignación. PERO LA LUCHA VA A SER LARGA. En Madrid llevan desde el 28 de marzo. Luego la huelga se ha ido extendiendo a todo el estado. Esta gran lucha está desatando una ola de solidaridad. Numerosas organizaciones y particulares están haciendo aportaciones económicas a las distintas cajas de resistencia. Esto es esencial para que se pueda mantener esta resistencia tan necesaria. ¡Ayuda a llenar las cajas!

Cajas de resistencia de apoyo a la huelga de Movistar:
Álava:               ES38-3035-0061-90-0610063590
Asturias:           ES64-2100-5638-56-0200080600 
Alicante:           ES65 2100 4026 5522 0007 4445 
Bizkaia:             ES95-3035-0150-09-1500034173
Cádiz:               ES67-2100-8540-82-0200091700
Catalunya:         ES40- 1491-0001-23-2130519024
Galicia:              ES76- 2080-0085-8430-4001-6800
Gipuzkoa:          ES09 3008 0251 5031 3672 1424
Huelva:              ES04-2100-7173-73-0100075570
Jaén:                   ES04-0073-0100-5105-3626-8138
Madrid y otros:    ES03-2038-1969-69-6000178200
Sevilla:               ES81-2100-7337-3102-0005-0792
(Concepto: Comité de huelga técnicos Movistar)

Y si no puedes aportar dinero, aún puedes ayudar: difunde esta huelga para que todo el mundo se entere de lo que está pasando.

Aquí puedes informarte acerca de esta huelga: http://teleafonica.blogspot.com.es/



EDITADO: La lucha sigue, así que #ReLlenaLasCajas
(Y se han añadido las nuevas cajas que se han ido creando)

jueves, 16 de abril de 2015

Sobre la centralidad



Todos sabemos que Pablo Iglesias es un gran estratega. No está tan claro que sea una gran estrategia que todos sepamos que es un gran estratega, o que vaya por ahí presumiendo de estratega, siempre con el pack de DVDs de Juego de Tronos bajo el brazo (en otro tiempo habría tenido el Stratego), pero en fin, dejemos pasar esa cuestión. Es un gran estratega, lo es. Y como tal, seguramente juega al ajedrez, cosa que yo no hago porque soy como mucho un estratega mediocre y me acaba aburriendo tanta ficha y que los caballos siempre se muevan haciendo eles y los alfiles en diagonal. El caso es que como probable jugador de ajedrez él sabrá por qué habla de la centralidad del tablero. Supongo que es tremendamente importante controlar el sector central de la cuadricula blanquinegra, es decir, tener fichas poblando esas regiones además de la posibilidad de saltar sobre el enemigo cual tigre o ninja al acecho en cuanto ose pisar las casillas interiores. En cambio, debe ser un desastre estratégico mantenerte discretamente en los márgenes, los bordes y las esquinas.

Seguramente sea eso. Ya digo que no tengo ni puñetera idea de ajedrez. Dejaré de lado, pues, los tableros. En cuestiones políticas tampoco es que sea un lince pero sí alcanzo a comprender que la centralidad es una buena estrategia. De hecho, me parece bastante obvio...

Ahora bien, pasa como con tantas otras cosas obvias: tan obvio es, que no avanzamos mucho con ese conocimiento. La centralidad, muy bien. Suele decirse que las elecciones se ganan por el centro. Muy bien, muy bien. Y yo añado: las revoluciones, cuando son auténticas revoluciones, son de centro. ¡Sorpresa y estupor! Pues bien, es cierto. Es más, es obvio. Simplemente tenemos que pensar en qué es el centro. ¿Dónde está la ansiada centralidad? Sabemos que debe estar entre la izquierda y la derecha. Muy bien, esto nos va a resultar útil (una vez que hemos dejado atrás la tontería esa de que "el eje izquierda-derecha es cosa del pasado"). Otra cosa que sabemos es que la centralidad no está en los extremos. Vamos avanzando. ¡De obviedad en obviedad hasta la obviedad final!

¿Acaso el centro está en un único sitio, es fijo e inamovible? ¡No! He aquí la clave de esta cuestión. El centro cambia, se mueve constantemente. Décadas atrás, al menos en la Europa civilizada, el centro suponía asumir un estado del bienestar que asegurase un nivel de vida mínimo a todos los ciudadanos. En otros momentos el centro se ha movido hacia la derecha: se seguía asumiendo una especie de "estado del bienestar" pero eso de asegurar un nivel de vida mínimo ya tal. Un estado asistencial y vamos chutando. ¿Y dónde está el centro ahora?

Ajá, amigos... that is the question. The answer my friend is blowin' in the wind, the answer is blowin' in the wind.

En cualquier caso, os voy a dar la pista definitiva: el centro está donde se ganan las elecciones. Por eso es obvio que las elecciones se ganan por el centro.

El centro está... donde esté el sentir y el pensar de la mayoría de la población. Por eso es obvio también que una auténtica revolución, una revolución de masas... será una revolución de centro.


Y por eso la cuestión no es si Pablo Iglesias busca el centro o no, o si se define de izquierdas... Busca el centro, está claro, y hace muy bien si quiere triunfar en política. La cuestión es cómo lo busca. ¿Va hacia el centro, o, como Mahoma con la montaña, intenta que el centro vaya hacia él? Lo segundo es complicado, exige mucha pedagogía para convencer a tanta gente. Lo primero es más fácil, pero ese camino sólo servirá para que Pablo Iglesias triunfe en política. Si no movemos el centro, obviamente, no cambiamos nada.

Porque una cosa es que el objetivo sea la masa y otra que el camino sea seguir a la masa.

Ya lo dicen las Escrituras:


Entrad todos por la puerta estrecha, y caminad por la senda angosta. Porque la puerta que conduce a la perdición es ancha, la senda es espaciosa, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida! ¡Y qué pocos son los que van por ese camino y dan con semejante puerta!...
(Mateo 7,13)

martes, 14 de abril de 2015

Una huelga histórica (que hay que ganar): #ResistenciaMovistar

El gran reto del movimiento obrero hoy en día es la precarización del trabajo. Cualquier conquista que la clase trabajadora ha obtenido y logrado plasmar en la legislación laboral (que nadie nos regaló, sino que fue fruto de la dura lucha de muchos y muchas) se ve gravemente amenazada por los cambios que ha ido introduciendo en las reglas del juego la burguesía. La subcontratación, la cesión ilegal de trabajadores, los falsos autónomos... son realidades que dejan al trabajador desprotegido y hacen del trabajo algo absolutamente inestable. De nada sirve tener un contrato indefinido si lo has firmado con una empresa creada ex profeso para contratar trabajadores durante el tiempo que quiera el empresario y luego cerrarla para no tener que pagar indemnizaciones. Y si eres un falso autónomo, directamente el empresario se ahorrará la molestia de hacerte un contrato laboral. En estas circunstancias no sólo sufre la estabilidad del empleo sino todo tipo de condiciones laborales, ya que el temor a perder el puesto de trabajo, por un lado, frena cualquier movilización de los trabajadores y, por otro lado, hace que sea complicado ejercer los teóricos derechos: un caso típico es la voluntariedad de las horas extras. Voluntarias son, pero si no las haces... ya sabes lo que hay.

En estas circunstancias hay quien piensa que se corre el riesgo de dividir a la clase trabajadora en dos grandes subclases: los "fijos" y los "precarios". Los primeros podrían mantener unas condiciones más o menos dignas, mientras que los segundos estarían desprotegidos. El sindicalismo tal como lo conocemos sería una herramienta útil sólo a los primeros, pero no a los segundos, que serían incapaces de organizarse debido a lo precario de su situación: el que se intentara rebelar sería sustituido inmediatamente por otro trabajador más sumiso. En realidad, esto puede suceder pero sólo durante un periodo de transición tras el cual estaríamos abocados todos los trabajadores a la segunda categoría.

En realidad la solución a este problema no creo que sea nada nuevo ni desconocido en el movimiento obrero, sino más bien lo de siempre: la solidaridad de clase. Si el patrón no puede encontrar un esquirol para sustituir al trabajador precario que hace huelga para reclamar unas condiciones dignas, no tendrá más remedio que escuchar a ese trabajador. ¿Es imposible? No lo creo. En cualquier caso, un grupo de trabajadores y trabajadoras valientes han dado el paso. Contratas, subcontratas y autónomos de Telefónica se han unido para luchar contra las intolerables condiciones laborales que venían sufriendo. La huelga comenzó en Madrid el 28 de marzo y ha ido extendiéndose por todo el estado.

Esta huelga supone un soplo de aire fresco en el panorama laboral de este país, y una esperanza para muchos trabajadores precarios. ¿Cómo puedes ayudar? Difunde, colabora con la caja de resistencia (la cuenta está en las páginas que enlazo), si eres cliente de Movistar presiona a la empresa...

Y, antes que nada, muestra tu apoyo. ¡Ánimo compañeros!