jueves, 2 de febrero de 2012

La conquista del Oeste



Caminaban por la mañana con el sol a sus espaldas. Por la tarde, iban hacia el sol. Por la noche, algunos hacían un alto en el camino para descansar, y otros seguían, guiados por las estrellas. Los caminos parecían ríos hechos de gente; las multitudes no paraban de fluir.

Habían oído que más allá era más temprano. Que esa hora perdida para siempre transcurría aún, al otro lado del horizonte. Que había lugares hacia el oeste donde esta hora cansada aún pertenecía a un futuro acaso lleno de esperanza. Caminaban y caminaban y gastaban sus horas persiguiendo las horas que se les iban escapando.

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