sábado, 31 de agosto de 2013

"Cuanto más conozco a la humanidad..."

"...más quiero a mi perro". He aquí una de esas frases* que se repiten a menudo y con las que no estoy de acuerdo. Me pasa lo mismo con otras: "políticamente incorrecto", "puede gustar o no, pero a nadie deja indiferente", etc. En general, no es la frase en sí lo que me molesta, sino el contexto, a qué se refiere o la intención con la que se usa.

En cuanto a la frase con la que comienzo, no tengo nada en contra de que alguien que tiene un perro quiera mucho a su perro, que valore ciertas cualidades de su perro, o incluso que prefiera a su perro a las personas. Cada cual tiene sus preferencias y no soy nadie para rebatirlas. Lo que me parece más problemático es que quien dice la frase suele referirse a ciertas cualidades de su perro (o de los perros domésticos en general) que echa en falta en los seres humanos, y que en mi opinión no son tan positivas como pueden parecer a primera vista. Concretamente, suelen ensalzar la fidelidad, el cariño incondicional, la abnegación...

En definitiva: parece que hay quien reprocha a los seres humanos su falta de sumisión. En definitiva, si hablamos de la fidelidad de un perro hacia su amo, ni siquiera estamos refiriéndonos a una cualidad de la especie, sino de algo que es propio de los animales domesticados. Pues bien, yo celebro que la humanidad no haya sido aún domesticada.

Al fin y al cabo, el ser humano sí es capaz de fidelidad, de abnegación, etc., pero son cosas difíciles de encontrar y de mantener. Así es como debe ser. Y el cariño, ¡ay! no suele ser incondicional. Porque, al fin y al cabo, el ser humano es egoísta, cualidad irrenunciable para nuestra libertad y nuestra dignidad. Sé que hay quien deplora el egoísmo como el peor defecto del ser humano. Quien así piensa suele usar, consciente o inconscientemente, la siguiente definición del genial Ambrose Bierce:

Egoísta: dícese de aquel que piensa más en sí mismo que en mí.

En definitiva: quiere a tu perro, ¡pero deja a las personas ser personas!



* Generalmente se atribuye a Pascal, aunque ignoro si es apócrifa.

4 comentarios:

  1. Pues mira, estoy de acuerdo. Creo que hay cierto frikismo con el mundo animal y bastante de trasladar las frustraciones propias.

    Personalmente siempre he preferido a la gente. Claro que para eso hay que empezar por entender que la gente es gente y que no te debe nada por el hecho de que hayas nacido. Va a tratarte más o menos como tu le trates a ella....y hace bien.

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    1. Pues no sabe cómo me alegra coincidir con un mileurista tan célebre y respetado como vuecencia :D

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  2. Hay algo en lo que no estoy de acuerdo (y yo tengo una perra a la que quiero más que a la inmensa mayoría de humanos, qur para eso es mía) y es que la humanidad no está domesticada. Ayyyy Por un plato de lentejas, señor mío. Con todo lo que nos ha caído en el estado español, ¿quién se ha levantado para implantar justicia? Pero si estamos domesticados y aborregados delante de una pantalla de televisión!

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    1. ¡Hola Elo! Gracias por la visita. Buena puntualización, ciertamente estamos domesticados... Pero lo que yo creo entender cuando oigo la frase aquella es que ¡aún hay quien echa de menos que lo estemos más!

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