jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Cuatro descerebrados?

Ayer, como cuentan los periódicos, un grupo de fascistas intolerantes atacaron la librería Blanquerna (sede de la Generalitat de Catalunya en Madrid), donde se celebraba la Diada, lanzando gases lacrimógenos, causando diversos destrozos, agrediendo físicamente a los asistentes al acto y dejando tras de si cinco heridos, entre ellos una niña pequeña. Hoy, como seguramente también relatarán los diarios, cabe esperar la retahíla de condenas contra el acto bárbaro emitidas por las autoridades y líderes políticos con más o menos sinceridad según los casos. Hablarán de fascismo las izquierdas, de intolerantes que tiene que haber hasta en las mejores familias las derechas, se harán las oportunas detenciones con la diligencia (no nos engañemos) que exija la relevancia política del caso y seguramente (por lo menos desde Madrid) se tratará de proyectar la imagen de que el ataque es exclusiva responsabilidad de unos pocos violentos que nada tienen que ver con la sociedad en  la que conviven con una mayoría de buenos ciudadanos, pacíficos y tolerantes. Con ello se dará carpetazo al asunto y a otra cosa...

El problema es que no es cierto. El ataque, es cierto, es obra de una minoría violenta e intolerante repudiada (por violenta) por una sociedad mayoritariamente pacífica (pero no tolerante). Hemos llegado a un punto en el que a nadie puede extrañarle que pase lo que ayer pasó en la celebración de la Diada en Madrid. Tenemos una derecha (política y mediática) ultranacionalista que cada día utiliza el trapo rojigualda, ya sea con motivo de tensiones a causa del peñón de Gibraltar, de las decisiones del COI, o más a menudo de la iniciativa independentista de turno en Cataluña o el País Vasco, para excitar el ardor patrio y el victimismo de la población. Tenemos también una izquierda en muchos casos cómplice de estos discursos, o al menos tolerante con los mismos. Y tales ideas van calando en la población. Es fácil observar esto en infinidad de conversaciones casuales. No soy psicólogo y por ello no comprendo los mecanismos, pero millones de españolitos, efectivamente agredidos por poderes que no cuestionan, se sienten agredidos por la amenaza externa de nuevas conjuras judeomasónicas que ya nada tienen que ver con judíos ni con masones, sino más bien con los extranjeros "que tanto nos envidian" y con esos pérfidos y desleales separatistas que, ¡gran pecado!, no quieren ser españoles.

Y no es sólo eso. El problema es más hondo, pues tiene que ver con la idea de España que algunos tienen. Yo ya no me identifico con ninguna España, pero considero que las nacionalidades son conceptos lo bastante vagos como para aceptar que haya quien se identifique con el trapo rojigualda, quien con la senyera estelada o no, quien con la ikurriña, la bandera verde y blanca de Andalucía, el pendón rojo o morado de Castilla, etc. Sin embargo, la España en la que algunos creen, una España uniforme en costumbres, cultura y lengua, no es real, y sólo puede existir (aparentemente) a través de la violencia generadora de miedo, odio y sumisión, ya sea la perpetrada por los energúmenos que ayer irrumpieron en la librería Blanquernes, o la más reglada y ordenada (y por ello mucho más perversa) de las instituciones, la del Ejército que (de momento) está tranquilo pero vigilante por si tiene que sacar los tanques a la calle, la de los lóbregos calabozos donde a nadie importa que te den una hostia (o dos, o que te torturen, o que acabes inexplicablemente muerto) porque perteneces a un nebuloso concepto llamado entorno, la de las pelotas de goma y las porras... Ante esta España que de tal manera debe imponerse, pues por las buenas jamás va a existir, no es extraño que muchos quieran independizarse. No sólo catalanes o vascos. ¡Yo mismo siento repulsión y asco, yo mismo quiero ser independiente de esa España! Pero los primeros que deberían independizarse de ese país tenebroso son aquellos que aún sientan como propia la bandera de España... y tengan un poco de decencia.

1 comentario:

  1. Te recomiendo vivamente que intentes hacerte con algún librito "de época"... En mi caso, un día encontré tirado en un contenedor uno titulado "Formación política. Lecciones para las Flechas" publicado por la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. dirigido a las "niñas" que hacían el Bachillerato... Me lo he leído de cabo a rabo en un par de horitas... Me ha enganchado de tal modo que no he podido sustraerme al, al parecer, inescrutable sentido del humor del siglo pasado... El estilo, de catecismo rancio, ha contribuido no poco...
    No puedo contenerme a reproducir literalmente la primera página...
    "LECCIÓN PRIMERA. España.
    ¿Qué es España?
    España es una entidad histórica con fines propios para cumplir en el mundo.
    ¿Qué quiere decir esto?
    Que todos los pueblos de España, por div ersos que sean, forman una irrevocable Unidad de Destino en lo Universal
    ¿Qué es Unidad?
    La reunión en un solo cuerpo de varios trozos distintos
    ¿Qué quiere decir Destino?
    El fin que cada uno tiene asignado en la vida.
    ¿Y Universal, qué quiere decir?
    Algo que abarca no solamente lo español, sino también las demás naciones.
    ¿Luego por qué decimos que España es una Unidad de Destino en lo Universal?
    Porque es el conjunto de varios pueblos unidos por un destino común a a realizar en el mundo.
    ¿Es España nuestra Patria?
    Sí.
    ¿Y es nuestra PAtria porque hemos nacido en ella, op porque nos sentimos incorporados al Destino que tiene que cumplir en el mundo?
    Es nuestra Patria porque nos sentimos incorporados al Destino que tiene que cumplir en el mundo.
    ¿Luego hay personas que sin nacer en España son españoles?
    Sí; todos los que se sientan incorporados al Destino de España.
    ¿Y puede haber personas que naciendo en España no sean españoles?
    Sí; los hijos de extranjeros y los que se desentienden del Destino de la Patria.
    Entonces, ¿veis claro cómo la Patria para nosotros no es la tierra en que nacemos, sino el sentirnos incorporados al destino o empresa que la Patria tiene que cumplir en el mundo?
    Sí."
    Patidifuso. Anonadado. Me he tenido que pellizcar... Increíble... Repito: eso era lo que obligaban a estudiar a las "niñas" para formarlas en el falangismo... ¿No te ha molado? Eso lo podría firmar Ibarretxe, Mas, el gordito Junqueras y hasta toda la E.T.A. en pleno...

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