lunes, 9 de enero de 2012

El Leopardo Anticomunista (entrevista imposible)

Revisando textos antiguos, me he encontrado uno de cuando creía que escribía guiones para la tele... como no salió adelante el proyecto, el texto es mío y sólo mío y lo publico en este blog porque me da la gana. Ea.



Entrevistas Imposibles: EL LEOPARDO ANTICOMUNISTA (MARYLIN MONROE, HILLARY CLINTON, OBAMA, ELVIS PRESLEY, FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE, MARX, DON QUIJOTE)



En una habitación de hotel, el REPORTERO está sentado en una silla, y MARYLIN Monroe en otra.

REPORTERO: ¿Cómo debo llamarle? ¿Norma Jean Mortensen? ¿Norma Jean Baker? ¿Marylin Monroe? ¿Norma Jean DiMaggio? ¿Marylin Miller?
MARYLIN: (escribe algo en un papel) Llámeme a este número de teléfono cuando esté libre. (le da el papel al REPORTERO)
REPORTERO: (se guarda el papel) Usted ha dejado un legado importante para la posteridad, ¿no cree?
MARYLIN: ¡Oh, sí! Mucha gente ha cambiado su forma de ver las rejillas de ventilación del Metro gracias a mí.
REPORTERO: Sin duda, un gran servicio al transporte público.
MARYLIN: Siempre me ha gustado apoyar buenas causas.
REPORTERO: ¿Sabe usted que es un mito erótico?
MARYLIN: ¿Un mito? No, no, eso no tiene nada que ver conmigo. Yo sólo fui... (inocente) una chica.
REPORTERO: ¡Oh! ¿Una chica cualquiera?
MARYLIN: Bueno. Una chica que quería pasárselo bien... (se queda unos segundos con la mirada perdida, como valorando algo) Y sí, supongo que eso lo conseguí.
REPORTERO: Entonces, ¿fue usted feliz?
MARYLIN: Tuve una vida turbulenta y una muerte temprana. ¿Cree usted que fui feliz?
REPORTERO: Precisamente fue esa muerte temprana una de las cosas que hizo de usted un mito.
MARYLIN: (irónica) ¡Pues nada, tendré que agradecérselo a la muerte!
REPORTERO: Pues muchas mujeres la envidian.
MARYLIN: ¡Envidiarán mi filmografía, no mi vida!
REPORTERO: No sólo su filmografía…
MARYLIN: (sonriendo coqueta) Bueno, sí… eso también.
REPORTERO: ¿Qué es lo peor de morir temprano?
MARYLIN: Que uno siempre ha dejado cosas para más tarde.
REPORTERO: ¿Por ejemplo?
MARYLIN: ¡Yo siempre quise tener un leopardo de mascota!
REPORTERO: ¿Un leopardo?
MARYLIN: Los leopardos son los mejores amigos de una chica.
REPORTERO: ¿Ah, sí? ¿Y los diamantes?
MARYLIN: Tampoco están mal.
REPORTERO: Pero los leopardos…
MARYLIN: ¡Exacto! Los leopardos. En mi clase, todas las niñas soñaban con tener uno de mascota.
REPORTERO: ¿Todas todas?
MARYLIN: Bueno... menos una, que era comunista o algo así. Quería cambiar el mundo y sólo pensaba en los pobres y los oprimidos.
REPORTERO: Déjeme adivinar… al final fue la única que tuvo su leopardo.
MARYLIN: (sorprendida) ¿Cómo lo ha adivinado? (el REPORTERO no dice nada, se limita a sonreír, y MARYLIN sigue hablando) Sí, se fue a Washington, se llevó a su leopardo, y nunca se volvió a saber más… ¡Oh sí! Ahora que me acuerdo…
REPORTERO: ¿Sí?
MARYLIN: Me enteré de que murió…
REPORTERO: ¿Devorada por un leopardo?
MARYLIN: (con cara de espanto) ¡Cielos! ¡Sí!
REPORTERO: (mirando a la cámara, con aire de misterio) Oh cielos. Marylin Monroe. Comunistas. Leopardos. Misterio, intriga. La vida es una tómbola, tom tom tómbola. Continuará…


Exterior, el REPORTERO está en una calle cualquiera, con un micrófono en la mano.

REPORTERO: ¡Hola! Estamos en Washington DC, la capital del mundo libre como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar, libre como el viento que recoge mi lamento y mi pesar. Hemos venido aquí para intentar esclarecer el escabroso asunto del leopardo anticomunista y…

De pronto en REPORTERO se detiene ante una ventana. Está sorprendido. Hace un gesto a la cámara para que se acerque. La cámara va acercándose a la ventana…


Interior, OBAMA y HILLARY CLINTON están en un despacho.

OBAMA: ¡Podemos hacer grandes cosas con este país, Hillary!
HILLARY CLINTON: Yes we can, Obama, yes we can.
OBAMA: ¡Devolver las esperanzas a los desesperados!
HILLARY CLINTON: O prestárselas, a un interés mínimo.
OBAMA: ¡Volver a sentirnos orgullosos, con razón, de ser americanos!
HILLARY CLINTON: O seguir siendo sencillamente arrogantes, que se nos da muy bien.
OBAMA: ¡Ayudar al más débil!
HILLARY CLINTON: Si nos deja el más fuerte.
OBAMA: ¡Tender la mano a los que la necesitan!
HILLARY CLINTON: (tiende la mano pero con la palma hacia arriba, como para recibir algo) ¡Donaciones para el Partido Demócrata!

Pasa un MENDIGO ANDRAJOSO, deja una moneda en la mano de HILLARY CLINTON, y se va.

OBAMA: ¡Hillary!
HILLARY CLINTON: Yes we can.
Qué quieres ahora, Obama.
OBAMA: ¡Podemos volver a ser un país respetuoso con los derechos humanos en el mundo!

Silencio. HILLARY CLINTON mira a OBAMA con mala cara.

HILLARY CLINTON: Vamos a ver, Obama... No we can't.
OBAMA: (asustado de lo que ha dicho) ¡Ya! ¡Ya! Perdona.
HILLARY CLINTON: Si es que...
OBAMA: Perdona, me emociono y se me va la olla.
HILLARY CLINTON: Qué cruz.
OBAMA: ¡Pero podemos hacer grandes cosas!
HILLARY CLINTON: (para sí misma) Qué pelma. (en voz alta) Yes we can, yes we can.
OBAMA: ¡Por supuesto que podemos! ¡Compartiremos nuestras tartas de manzana caseras con el vecino! ¡Tendremos nuestras puertas abiertas para todo el que quiera venir a visitarnos o a convencernos de que nos hagamos Testigos de Jehová! ¡Cantaremos bellas canciones patrióticas todos juntos! ¡Y el sol brillará con más fuerza!
HILLARY CLINTON: Yes we can. (para sí misma) Hay que joderse. Que este pánfilo buenrollista sea el primer presidente negro... ¡Qué injusticia!
OBAMA: (mosqueado) ¡Oye, que te he oído!
HILLARY CLINTON: (rabiosa) ¡Yo tenía que haber sido el primer presidente negro!
OBAMA: ¡Pero si eres blanca!
HILLARY CLINTON: ¡Y tú café con leche! (se echa a llorar y se va corriendo)
 
OBAMA, durante unos segundos, se queda mirando al lugar por donde ha salido HILLARY CLINTON. Luego se encoge de hombros.

OBAMA: (ensimismado) Podemos hacer grandes cosas… podemos hacer grandes cosas…

De pronto aparece el LEOPARDO, que es un tipo con un disfraz cutre de leopardo.

LEOPARDO: (gesticulando y lanzando zarpazos al aire) ¡Arrrrggggg! ¡Basta de tonterías! ¡A hacer política neoliberal, como Dios manda! ¡Arrrrgggg!

OBAMA se asusta y sale corriendo.

LEOPARDO: ¡Hombre ya!


Interior. En una sala oscura, habla el CRIADOR de animales, pero sólo se ve su silueta. Se oye la voz del REPORTERO pero no sale en el plano.

CRIADOR: En aquellos tiempos, si a uno le decían “tienes que entrenar a tu leopardo para ser agente de la CIA” pues uno obedecía, como buen patriota. Si te decían “tienes que darle de comer carne de comunista, para que se acostumbre”, pues le dabas carne de comunista.
REPORTERO: ¿Y funcionó?
CRIADOR: ¡Oh sí! Es curioso, cuando das de comer comunista a un leopardo, ya no quiere probar otra cosa. En una ocasión, no me quedaba carne de comunista y traté de darle un poco de socialdemócrata, rezando para que no se diera cuenta.
REPORTERO: ¿Y?
CRIADOR: ¡Ni lo tocó! Tuve que tirar todos los solomillos de socialdemócrata.
REPORTERO: ¿Volvería a entrenar a un leopardo para ser agente de la CIA?
CRIADOR: ¡Por los Estados Unidos de América lo que sea! Aunque reconozco que fue duro…
REPORTERO: ¿Por qué?
CRIADOR: Bueno… le eché de menos cuando se lo llevaron. Uno le coge cariño a los animalitos… Después de eso me dediqué a la cría de serpientes venenosas… ¿Quiere ver una foto de mi favorita?
REPORTERO: Por qué no.

El CRIADOR saca de algún lugar una foto de Esperanza Aguirre y la muestra, iluminándola con una linterna.

CRIADOR: Se la vendí a un tipo bajito con bigote, que se la llevó a Madrid.





Exterior. Pasa el LEOPARDO por la calle.

REPORTERO: (desde fuera del plano) ¡Leopardo!
LEOPARDO: ¿Es a mí?

Aparece el REPORTERO en el plano.

REPORTERO: ¡Sí! Por favor, sólo serán unas preguntas.
LEOPARDO: No tengo nada que contar.
REPORTERO: ¿Es cierto que come usted comunistas?
LEOPARDO: ¿Comunistas? ¡Qué más quisiera! Hace tiempo que no quedan comunistas en esta ciudad.
REPORTERO: ¿Y qué come?
LEOPARDO: Pues… de vez en cuando un demócrata… algún que otro defensor de los derechos civiles… un pacifista de cuando en cuando… ¡Y no es lo mismo!
REPORTERO: Vaya, lo siento.
LEOPARDO: Oiga, ¿no será usted comunista?
REPORTERO: Pues me temo que no. Otra pregunta… ¿conoció usted a Marylin Monroe?
LEOPARDO: (nervioso) ¿Yo? ¿Por qué? ¿Qué le ha contado?
REPORTERO: Nada…
LEOPARDO: ¿Es usted un paparazzi?
REPORTERO: ¿Come usted paparazzis?
LEOPARDO: Alguno que otro.
REPORTERO: Pues entonces no.
LEOPARDO: Ah, bueno.
REPORTERO: Despedimos nuestra emisión desde Washington DC, la capital del mundo libre, libre quiero ser, libre, yo quiero ser libre, con estas palabras del célebre leopardo anticomunista y mi pellejo intacto.


Interior, en una habitación lujosa pero hortera, tirados en unos pufs, están ELVIS Presley (es el Elvis decadente de los últimos años, está redondo y tiene un frasco de pastillas en la mano) y el LEOPARDO. Hablan a la cámara, y la voz del REPORTERO se escucha desde fuera del plano.

LEOPARDO: Haz el amor y no la guerra, colega.
ELVIS: Hay que joderse. Yo también quería tener un leopardo anticomunista. (coge una pastilla del frasco y se la traga)
REPORTERO: ¿Por qué quería usted un leopardo anticomunista, señor Presley?
ELVIS: ¿Recuerda usted a esos cuatro maricas de Liverpool?
LEOPARDO: (cantando) All you need is love…
REPORTERO: ¿Los Beatles?
ELVIS: Sí… (se traga otra pastilla)
REPORTERO: ¿Y qué tienen que ver con su leopardo?

ELVIS mira al LEOPARDO con cara de mala leche.

ELVIS: ¡Inútil!
LEOPARDO: Paz, colega…
ELVIS: (mirando a la cámara) ¡Me ha salido maricón!
REPORTERO: ¿Quería usted que su leopardo se comiera a los Beatles?
ELVIS: (indignado, intenta levantarse, pero se cae para atrás debido a su gran peso; levanta el dedo índice para enfatizar lo que dice) ¡Son un peligro para la juventud! ¡Con sus greñas y sus ideas de izquierda! Y lo peor de todo…
REPORTERO: ¿Sí?
ELVIS: (se come cuatro pastillas y habla con ellas todavía en la boca) ¡Son unos drogatas!
REPORTERO: ¿Y su leopardo…?
ELVIS: (avergonzado) ¡Come tofu!
LEOPARDO: (a ELVIS) Oye, colega, hazme un porro, (muestra las garras) que con estas garras no puedo.
ELVIS: ¡Lo que me faltaba! (se va rodando)


En un plató de televisión están el REPORTERO y FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE. Este último habla con su voz de narrador de El Hombre y la Tierra.

REPORTERO: Buenos días.
FÉLIX : El reportero se muestra amigable y saluda de forma convencional. Su víctima no sospecha nada, y responde con entusiasmo… (con entusiasmo) ¡Buenos días!
REPORTERO: ¿Qué tal? ¿Cómo le van las cosas desde que está muerto?
FÉLIX: El reportero, astuto, oculta sus intenciones con preguntas intranscendentes, pero su presa parece notar algo raro y olisquea el aire, nerviosa…

Suena el tema de El Hombre y la Tierra. Pausa. FÉLIX olisquea el aire, intranquilo. Vuelve a sonar el tema de El Hombre y la Tierra.

REPORTERO: No se preocupe, don Félix, ¿puedo llamarle amigo Félix?
FÉLIX: La presa está desconcertada ante la alusión a cierta cancioncilla.
REPORTERO: Tomaré eso como un sí. No se preocupe, amigo Félix, a diferencia del león en la sabana cuando acecha a la indefensa gacela coja que ha quedado rezagada de la manada, mis intenciones son perfectamente amigables.
FÉLIX: La presa, paralizada de terror, no sabe qué decir.

FÉLIX tararea el tema de El Hombre y la Tierra.

REPORTERO: Bien, le he pedido que viniera al programa para preguntarle su opinión acerca del caso del leopardo anticomunista.
FÉLIX: (sorprendido) ¡Ah! (se relaja de repente) ¡Eso! Entonces, ¿no me va a preguntar por mis relaciones con la Osa Mayor?
REPORTERO: ¡Oh no! Mientras sean con (énfasis) la Mayor, ese asunto no tiene interés periodístico. Si hubiera algo con la Menor, ya hablaríamos. Pero ahora lo que me interesa es el asunto del leopardo anticomunista. ¿Qué le parece?
FÉLIX: ¡A mí me parece muy bien!
REPORTERO: ¿Usted apoya al leopardo?
FELIX: ¡Por supuesto!  Por una vez que el que está amenazado de extinción es el ser humano, y el que amenaza es un noble leopardo, tengo que estar con el noble leopardo.
REPORTERO: (alarmado) ¿Amenazado de extinción, dice?
FÉLIX: Me refiero a los comunistas.
REPORTERO: (aliviado) ¡Ah, bueno!
KARL MARX: (desde fuera del plano) ¡Y una mierda!

Se oye un rugido, seguido de ruidos de pelea. Silencio. Se oye un quejido como de perrito, que se va alejando. Suena el tema de El Hombre y la Tierra.

KARL MARX: ¡Que no es esa!

Suena la Internacional.

KARL MARX: ¡Ahora sí! ¡Gracias camarada!
FÉLIX: La presa ahora sí que está acojonada, y se pira. (se va)

Aparece KARL MARX. Lleva su barbaza, y una camiseta del Che.

KARL MARX: ¡Un fantasma recorre Europa! ¡Yo! A ver, dónde está ese que ha dicho que los comunistas estamos en peligro de extinción. Que quiero convencerle con los mismos argumentos que he usado con el leopardo.
REPORTERO: ¿Dialécticamente?
KARL MARX: ¡Eso es! Dialécticamente. Y si eso no funciona, a hostias.
REPORTERO: Pues se ha ido.
KARL MARX: ¡Pues ocuparé su lugar en esa silla que ha dejado libre! ¿Ve? No estamos en peligro de extinción. Hasta nos conceden entrevistas en la tele.
REPORTERO: Si usted lo dice…
KARL MAX: ¡Lo digo!
REPORTERO: Bien… esto… (improvisando) ¿Ha escrito… algo nuevo desde que murió?
KARL MARX: ¡El Capital, segunda parte!
REPORTERO: (asustado) ¿Y es tan largo como la primera parte?
KARL MARX: ¡Un poco más! Pero, eso sí, para entenderlo hay que haber leído la primera parte.
REPORTERO: Entonces no tendrá mucho éxito.
KARL MARX: (de pronto desanimado) Qué me va a decir a mí. No me leen ni los marxistas.
REPORTERO: ¡Claro! Bastante tienen con leer a otros marxistas.
KARL MARX: (abatido) Marxista: dícese del socialista que no ha leído a Marx.
REPORTERO: ¿Y cómo se llama, entonces, el socialista que sí ha leído a Marx?
KARL MARX: Engels.

Redoble. Risas enlatadas. El REPORTERO y KARL MARX también se ríen.

REPORTERO: ¿Entonces, nadie le lee?
KARL MARX: Me han contado que sí… un español…  manchego para más señas.
REPORTERO: Como el queso.
KARL MARX: Sí, pero no es el queso, dicen que es un hidalgo de los lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor, y que se ha leído absolutamente todo lo que he escrito y lo que se ha escrito sobre mí y mis ideas. Un chiflado, en fin.
REPORTERO: ¡Muchas gracias, don Karl! Ha sido un placer entrevistarle. Por cierto, ¿y esa camiseta? (primer plano de la camiseta del Che)
KARL MARX: Estaba a mitad de precio en los grandes almacenes. ¿Le gusta?
REPORTERO: No está mal…


Exterior. Están DON QUIJOTE y SANCHO PANZA en el campo, descansando a la sombra de un árbol.

SANCHO: ¿Y no cree vuesa merced que, en lugar de tanto recorrer el mundo desfaciendo entuertos estructurales, podríamos volver a casa y limitarnos a votar a un partido socialdemócrata que corrija los excesos del capitalismo?
DON QUIJOTE: (mira a SANCHO intensamente) Amigo Sancho, ¿sabes qué es lo que caracteriza a los hombres sabios?
SANCHO: Por cierto que no lo sé. Si lo supiera sería un hombre sabio, y creo que es evidente que…
DON QUIJOTE: Pues bien, los hombres sabios son aquellos que intentan no cabrear a los locos.
SANCHO: Si vuesa merced lo dice…

Aparece el REPORTERO, micrófono en mano.

REPORTERO: Henos aquí en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse ni el GPS, donde hemos encontrado al célebre caballero comunista Don Quijote de la Mancha. (se acerca donde están DON QUIJOTE y SANCHO y se dirige a DON QUIJOTE) ¡Buenos días, Don Quijote!
DON QUIJOTE: Buenos días tenga usted, caballero. ¿En qué puedo ayudarle? ¿Es vuesa merced explotado o explotador?
REPORTERO: ¡Según los días! En realidad, soy reportero, y he venido a hacerle una entrevista. ¿Cómo fue su conversión al comunismo?
DON QUIJOTE: Yo antes era un caballero andante, y creía que vivía en un mundo de falsas apariencias creadas por malvados encantadores… hasta que me di cuenta de que realmente vivo en un mundo de falsas apariencias creadas por malvados encantadores.
REPORTERO: ¿Ha cambiado mucho su vida desde entonces?
DON QUIJOTE: Apenas. Antes servía a una dama, Dulcinea del Toboso, con expectativas irreales de obtener sus favores. Ahora sirvo al proletariado con vanas esperanzas de que me lo agradezcan.
REPORTERO: ¿Siguen moliéndole a palos?
DON QUIJOTE: ¡A veces! Pero ahora mis enemigos tienen un arma aún más terrible que los palos.
REPORTERO: ¿Cuál?
DON QUIJOTE: ¡La indiferencia!
REPORTERO: No debe ser fácil ignorar a un caballero medieval que va por el mundo desfaciendo entuertos…
DON QUIJOTE: ¡Pero los encantadores, mis enemigos, son muy poderosos! Allá donde voy organizan algún tipo de homenaje a Cervantes. Simposios, charlas, encuentros, cursos de verano… ¡Si hasta me han invitado a dar conferencias, los muy malandrines! Pero tengo un plan secreto…
REPORTERO: Si es secreto, supongo que no podrá…
DON QUIJOTE: ¡Sancho, el plan secreto!

SANCHO le da unos papeles a DON QUIJOTE, que se los entrega al REPORTERO.

DON QUIJOTE: Está casi terminado…
REPORTERO: (lee la portada) Cervantes y el marxismo, una nueva lectura del Quijote.
DON QUIJOTE: ¡Se van a enterar!
REPORTERO: Muy astuto… Y hablando de otra cosa: ¿sabe algo del leopardo anticomunista.
DON QUIJOTE: ¿Leopardo? ¡Por cierto que no sé nada acera de ningún leopardo, caballero! ¡Pero mire lo que me ha hecho un molino de viento anticomnista!

DON QUIJOTE se levanta el pantalón hasta la rodilla. Tiene la cicatriz de un terrible mordisco en la pierna. SANCHO, en segundo plano, se pone el dedo índice en la sien.

REPORTERO: (hablando a la cámara) ¡Caso resuelto, queridos telespectadores! El leopardo ha resultado ser, después de todo, un molino de viento, Don Quijote escribe análisis literarios del Quijote, y Karl Marx compra en las rebajas. Se despide de ustedes su reportero favorito, el Reportero Imposible.


Están el BARBERO, el CURA y el AMA en la biblioteca de Don Quijote. El CURA hojea un libro.

CURA: ¡Por mi fe que no entiendo ni una palabra!
BARBERO: Déjeme ver, padre…

El CURA le alcanza el libro al BARBERO.

BARBERO: (Leyendo la portada del libro y pronunciando con dificultad) Trot… tros… Trotsky. No sé. El autor parece ruso.
AMA: ¡Ruso! (se santigua) ¡Dios bendito!
CURA: (mirando al BARBERO) Ante la duda, lo mejor es ser prudentes.
BARBERO: ¡Eso, eso! A la hoguera.

2 comentarios:

  1. muy entretenido. lo disfrute mucho, felicitaciones

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  2. Me alegra que le haya entretenido el guión, caballero. Gracias por la lectura y el comentario.

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