miércoles, 18 de enero de 2012

Parodias

Leo (releo) a Jean Genet (Diario del ladrón, cito la traducción de María Teresa Gallego Urrutia y María Isabel Reverte Cejudo): "Cada acto era una parodia. Los pobres resultan grotescos. Lo que aquí hacían no era sino un reflejo deformado de aventuras sublimes que quizá estaban transcurriendo en ricas mansiones, entre seres dignos de que se los viera y se los escuchara"

Desde hace tiempo creo que a cada individuo, en su vida real, le toca representar un personaje de un género literario concreto (comedia, epopeya, etc.), y ya sospechaba yo que en la mayoría de los casos algo tiene que ver con eso la clase social de cada uno. Al menos, en el sentido de que quizá los ricos puedan elegir el género que más conviene a su personalidad, pero los menos afortunados tienen un repertorio mucho más limitado. Me parece correcto lo que dice Genet acerca de los pobres y las parodias. Es más, creo que no sólo las vidas de los pobres pertenecen a ese género: las vidas de clase media también.

Cualquier oficina es la parodia de una película de espías. Hay agentes, dobles agentes, se forman alianzas, hay tantas lealtades como traiciones, siempre hay algún "topo" del jefe... En esta trama complicada, hay quien se engrandece y hay quien se envilece... y todo por una recompensa pobre, mezquina, ridícula. Cuando salimos del trabajo y volvemos a casa, ¿quién no parodia la búsqueda del Santo Grial, yendo de vagón en vagón del metro, buscando el ansiado lugar donde sentarse (o la plaza de aparcamiento, cuando uno se desplaza en coche)? En las casa con más de un hijo, cada trastada supone una novela policíaca. En fin, cada detalle de nuestra vida entra dentro del patrón de algún género literario "serio"... sólo que las recompensas son insignificantes... y los castigos tampoco dan para una tragedia. Está claro. Nos guste o no, nuestras vidas son parodias.

2 comentarios:

  1. mucha razón. La mía por ejemplo es una parodia de Justine del marqués de Sade, pero con diálogos menos interesantes

    ResponderEliminar
  2. ¡Ostras! Debe tener usted una vida curiosa (al margen de los diálogos).

    ResponderEliminar